¿Alguna vez ha experimentado un aumento en los brotes después de usar un producto nuevo? La mayoría de nosotros lo hemos hecho. Y si bien los brotes son ciertamente una molestia, es muy común que ocurran cuando comenzamos a usar ingredientes con los que nuestra piel no está familiarizada. Este proceso se llama "purga".
Las células muertas de la piel y el sebo (la sustancia aceitosa de la capa externa de la piel) tienden a acumularse con el tiempo y eventualmente obstruyen los poros. La purga ocurre cuando ciertos ingredientes comienzan a limpiar los poros y a eliminar estas células muertas de la piel. Esto es natural y saludable para la piel, pero aproximadamente el 25% de las veces provoca brotes temporales.
Estos brotes de purga suelen ocurrir entre 1 y 2 semanas después de comenzar a usar el producto y pueden durar hasta 6 semanas. A medida que su piel se adapta, debería comenzar a ver una mejoría, ya que la purga tiende a ocurrir solo durante las primeras etapas del tratamiento.
¿Ruptura o purga? Cómo detectar la diferencia.
Si bien existe cierta superposición entre purgar y romper, existen algunas diferencias clave.
- ¿Ha agregado recientemente un nuevo producto a su régimen? Si es así, es probable que esa sea la causa de la afluencia de brotes. Productos como los alfa hidroxiácidos, los beta hidroxiácidos y el retinol son las causas más comunes de purga, pero otros productos pueden contribuir. Más sobre eso a continuación.
- Los puntos negros y los pequeños bultos son síntomas de purga, mientras que los puntos blancos y las espinillas tienen más probabilidades de ser brotes naturales.
- ¿El brote se encuentra en un área en la que normalmente no se producen brotes? Si es así, es probable que la purga sea la culpable.
¿Qué productos tienden a provocar purgas?
La piel de cada persona es diferente, y aquellos con piel más sensible o propensa al acné probablemente experimenten purga incluso con productos más suaves, pero generalmente es causada por ingredientes que estimulan la renovación celular. Los productos destinados a exfoliar o limpiar los poros son los que tienen más probabilidades de provocar que la piel se purgue.
Alfahidroxiácidos: los AHA como el ácido glicólico y el ácido láctico son fuentes comunes de depuración de la piel debido a que funcionan como exfoliantes químicos.
Beta hidroxiácidos: al igual que los alfa hidroxiácidos, los BHA (como el ácido salicílico) también actúan para limpiar profundamente los poros, lo que a menudo provoca una purga.
Retinoides: Los retinoides, como el retinol, tienden a causar purga cuando se usan por primera vez, ya que trabajan para eliminar agresivamente la piel de las células muertas y empujar otras nuevas y saludables a la superficie.
¿Qué hacer con la purga?
Desafortunadamente, no hay mucho que puedas hacer para detener por completo la purga de tu piel sin abandonar el producto por completo. Dicho esto, tenemos algunas sugerencias para ayudar a controlar los brotes:
- Aplica el tratamiento cada dos noches ya que tu piel se encuentra en la fase de adaptación. Esto permitirá que tu piel se familiarice con el producto gradualmente.
- Utilice limpiadores suaves y trate de evitar exfoliantes fuertes.
- Asegúrese de que su piel esté completamente seca después de la limpieza antes de aplicar el producto.
- Aplique una crema hidratante sin aceite después del tratamiento para garantizar que la piel se mantenga hidratada.
La clave para purgar es la paciencia. La mayoría de los tratamientos tardan en funcionar y la purga es completamente normal. Utilice sus productos con atención y permita que su piel adopte la rutina de aplicarlos. Si su piel continúa empeorando o experimenta picazón o irritación significativa, deje de usar el producto. Si la irritación no desaparece, busque ayuda de un médico.
The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology, mayo de 2008, páginas 41-34
Dermatología y Terapia, septiembre de 2017, páginas 293-304