A medida que el verano llega a su fin, anticipamos los próximos días más frescos: los suéteres y bufandas, el cambio de hojas, la hora extra de sueño. Pero a medida que nos adaptamos a nuestro guardarropa otoñal, es importante que cambiemos también nuestra rutina de cuidado de la piel. La fisiología de la piel se da cuenta del cambio climático y, a menudo, parece más apagada y cansada.
Aquí hay 5 formas sencillas de preparar su rutina para el cambio de estación:
1. Hidratar, hidratar, hidratar.
El verano es naturalmente más húmedo que el otoño. La humedad ayuda a hidratar y proteger la barrera de nuestra piel. A medida que baja la humedad, nuestra piel se seca o comienza a producir sebo en exceso (una sustancia aceitosa producida por la glándula sebácea). Esto puede hacer que la piel se vuelva demasiado seca o demasiado grasa, lo que provoca una afluencia de brotes. La solución: utilizar una crema hidratante con frecuencia. Elija algo con una alta concentración de ácido hialurónico, ya que se sabe que el ingrediente retiene hasta 1000 veces su peso en agua.
2. Exfoliar dos veces por semana
Nuestra piel se expone más al sol durante los meses de verano. Como resultado de eso, tendemos a acumular una acumulación de células muertas de la piel. Al preparar su piel para el clima cambiante, exfolie dos veces por semana para limpiar la piel de cualquier impureza. Asegúrate de utilizar un exfoliante suave , ya que los ásperos con partículas grandes pueden dejar microdesgarros en la piel.
3. Llevar crema de manos
Una vez más, esta época del año reseca especialmente nuestra piel y nada se ve más afectado que nuestras manos. El otoño también trae consigo la temporada de gripe, lo que significa que nos lavamos las manos con más frecuencia. Esto, sumado al aire seco, hace que las manos se sientan quebradizas y deshidratadas. Lleve consigo una crema de manos y cutículas profundamente hidratante y aplíquela con tanta regularidad como sea necesario. Las manos envejecen más rápido que cualquier otra parte de nuestro cuerpo, por eso es importante mantenerlas bien alimentadas.
4. Sigue usando protector solar
A pesar de que los días son más frescos y hay mayor nubosidad, la protección solar sigue siendo tan importante como siempre. Puede que la temporada de playa haya terminado, pero la temporada de protección solar no. Al saltarnos el protector solar en los días nublados, nuestra piel queda vulnerable, lo que a menudo provoca las quemaduras solares más graves. Si vives en regiones que experimentan otoños e inviernos helados, el protector solar vuelve a ser igualmente importante, ya que los reflejos del hielo pueden causar el mismo daño que el sol.
5. Come más calabaza
Calabazas y otoño se han convertido casi en sinónimos. Y aunque las calabazas son ciertamente usos válidos para las calabazas, comerlas probablemente sea más beneficioso. La calabaza es una maravillosa adición a tu dieta por varias razones, pero su impacto en la salud de la piel es realmente notable. La calabaza contiene altos niveles de vitamina C y betacaroteno, que se convierte en vitamina A dentro del cuerpo. La vitamina A, también conocida como retinol, es uno de los nutrientes más eficaces que podemos darle a nuestra piel, ya que estimula la producción de células nuevas y saludables y puede usarse para cualquier cosa, desde el acné hasta tratamientos antienvejecimiento. Así que esta temporada, hazle un favor a tu piel y prueba algunas recetas nuevas con calabaza.